Salimos en dirección noroeste hacia la provincia de Boecia (Viotia). Pasando por la ciudad de Tebas, Lebadia y el pintoresco pueblo de Arahova, llegaremos a la falda del Monte Parnaso, donde se ubica Delfos, “el ombligo del universo”

En el mundo antiguo, uno de los principales centros religiosos de la Antigüedad, el santuario de Apolo, dios de la armonía, de la música y guardián de las leyes sagradas de Zeus, el cual atraía a infinidad de peregrinos que acudían a consultar el oráculo.

Recorremos la Vía Sacra, que subía hasta el templo de Apolo y estaba decorada con innumerables ofrendas de ciudades griegas y extranjeras, además de las estatuas, las ciudades dedicaban al dios los llamados tesoros, para albergar las ofrendas en forma de pequeños templos, los cuales visitaremos.

La visita al Museo de Delfos es casi obligatoria una vez se está en el yacimiento. Es uno de los Museos más importantes de Grecia, alberga de forma sencilla y agradable las obras de arte halladas en Delfos durante las excavaciones llevadas a cabo por la Escuela Francesa de arqueología de Atenas. En el vestíbulo encontraremos, entre otros, una copia helenística del ombligo que marcó el centro del mundo conocido.

Salimos por la tarde hacia el norte del país, haremos una breve parada en el famoso paso de las Termopilas, lugar geoestratégico en la Antigüedad.

Continuamos nuestro camino hasta llegar a la localidad de Kalambaka, donde cenaran y se alojaran en los Hoteles correspondientes.

Meteora su nombre significa “suspendido en el aire” o “entre el cielo y la tierra”, una vez allí, entendemos el porqué del nombre.

Un auténtico bosque de rocas de formas fantásticas y sombrías se recortan sobre el valle del Peneo y la ciudad de Kalambaka. Se trata de un fenómeno geológico único que da lugar a un paisaje sin igual, las cimas de estos gigantescos peñascos están coronadas por unos celebres monasterios cenobíticos.

Su origen está en los primeros anacoretas del siglo once (XI), quienes se instalaron en sus cavernas en busca de soledad. En el siglo catorce (XIV) con la invasión de los serbios en Tesalia, muchas de estas ermitas se transformaron en monasterios y fue entonces cuando San Atanasio, procedente del monte Athos, fundó el Gran Meteora, otros monjes le siguieron a pesar de las dificultades para transportar los materiales para la construcción de los distintos centros monásticos.

Durante los siglos quince (XV) y dieciséis (XVI) fue el periodo de mayor esplendor y llegaron a ser hasta 24 monasterios. Hoy día solo solo quedan en pie 13 monasterios y solo 6 de ellos son visitables, en 4 de ellos viven monjes y en 2 viven monjas, tendremos la oportunidad de conocer con nuestra guía dos de estos monasterios únicos en el mundo.

Se dice que fueron los monasterios de Meteora quiénes mantuvieron viva la cultura griega durante el periodo de ocupación turca (siglos 16-19), convirtiéndose en centros artísticos y académicos, evitando que la cultura helenística desapareciera y que la Grecia moderna se convirtiera en tan solo el recuerdo del imperio Otomano perdiendo sus raíces e historia

Una vez concluida nuestra visita iniciaremos nuestro retorno a Atenas, llegada aproximada en Atenas: después de las 18:00.